Entre las actuaciones generales en el mantenimiento de un jardín están las labores de: airear, abonar, regar, labrar y sembrar la tierra, recolectar los frutos, limpiar, plantar, podar, controlar el crecimiento de las plantas, retirar las malas hierbas y realizar tratamientos fitosanitarios.
En el primer mes del calendario del Jardinero, hay acumulación de hojas, por lo que recoger hojas y retirar restos de maleza es una de las actuaciones generales.
A causa de las temperaturas más bajas y el descenso de la actividad vegetativa de las plantas, es un tiempo propicio para plantar: árboles ornamentales, árboles frutales, arbustos, coníferas, rosales, bulbos… Y todas aquellas especies que mejor convengan a nuestro clima.
Tras plantar, otra de las actuaciones importantes es abonar y proteger las plantas. Cubriendo con hojas, mantillo, compost o estiércol las raíces, a demás de proporcionar alimento a la planta, protegeremos las raíces del frío de las noches de Octubre.
Para la mayoría de especies, este es el mejor tiempo para realizar las podas de saneamiento. Hay que tener en cuenta que las podas son heridas que le hacemos al vegetal, por lo tanto, es importante valorar bien si es necesario podar y cómo.
Las necesidades hídricas son menores en épocas de lluvia. Por lo que es necesario ajustar el tiempo de riego. Evitando el exceso de agua, también evitaremos podredumbres y la aplicación de fitosanitarios. Y conseguimos una mayor eficiencia de nuestro jardín.