Entre las actuaciones generales en el mantenimiento de un jardín en Febrero, destaca la importancia del abonado de las plantas.
Estas labores de mantenimiento son: airear, abonar, regar, labrar y sembrar la tierra, recolectar los frutos, limpiar, plantar, podar, controlar el crecimiento de las plantas, retirar las malas hierbas y realizar tratamientos.
Hay que preparar a nuestras plantas ante la llegada triunfal de la primavera. Es importante favorecer la nutrición y el desarrollo de nuestro vegetal.
Para favorecer las buenas condiciones del suelo, es garantía de salud realizar primero un abonado orgánico general. Tiene como función generar el humus y mantener o aumentar el equilibrio húmico del suelo. Abonos orgánicos: estiércol, compost, turba, etcétera.
Habrá que observar si es necesario acompañar este abonado orgánico de fertilizantes químicos: líquidos o sólidos. Para un uso responsable, no dude en consultar a su centro de jardinería de confianza. Siempre es mejor quedarse corto que pasarse con el uso de abonos y fertilizantes.
Otra tarea a realizar en Febrero es la de reposición, bien porque la planta ha perdido su efecto decorativo: se ha secado, helado, quemado, etcétera. La reposición forma parte de la tarea de mantenimiento de un jardín, y consiste en sustituir un elemento vegetal por otro. Un buen mantenimiento logrará perfeccionar el diseño inicial de nuestro jardín. Pero siempre desde una lógica, puesto que sí se remplaza un elemento vegetal por otro vegetal de características no similares, puede romper con la estética de dicho jardín.
En Febrero es el momento de comenzar a podar arbustos ornamentales, y a plantar ciertos arbustos frutales tales como la zarzamora, el frambueso o el grosellero. Excepto aquellos que florecen a finales de invierno y a principios de la primavera: almendros, melocotoneros, ciruelos, camelias, polígalas, etcétera. En la mayoría de casos habrá que esperar a que pase el periodo de floración.
En las noches de Febrero, deberemos resguardar las plantas más sensibles al frío: con plásticos o telas.
No hemos de confiarnos con el aumento de las temperaturas durante el día. Debemos seguir resguardando nuestras plantas de las heladas durante las noches del final del invierno. En caso de nevadas, habremos de retirar la nieve de los árboles y arbustos para así evitar que rompan las ramas, sobretodo en el caso de las coníferas. Si lo que preocupa es el hielo, con los primeros rayos de sol, lo que podemos hacer es mojar ligeramente el vegetal para evitar que el hielo dañe el vegetal.
Mientras que en las plantas del jardín apenas hay que regar. En las plantas en maceta y en las de interior hay que prestar especial atención, para que no se sequen y que corren el peligro de deshidratarse. A demás de controlar el riego, no estará de más usar pulverizadores para el follaje.
Invirtiendo un poco tiempo y tomando las medidas adecuadas de prevención; Lograremos que las plantas de nuestro jardín estén exuberantes con la llegada de la primavera.
Todas las actuaciones generales que aplicamos en el mantenimiento del jardín, van en la línea de proteger los vegetales. En esta época del año, las necesidades de agua son un poco mayores. Por lo que es necesario ajustar y reducir el tiempo de riego. Las plantas que están en maceta son susceptibles de sufrir sequía. Las plantas de interior, son sensibles a padecer deshidratación, al compartir espacio con sistemas de calefacción debiendo prestar especial atención al uso de humidificadores. Resguardando correctamente los vegetales y controlando el exceso de agua, evitaremos quemaduras por heladas conseguimos una mayor salud y eficiencia de nuestro jardín.