No sufras, te voy a explicar que estás haciendo mal para que el cuidado de tus plantas no sea nunca más una incógnita. Estos son algunos de los errores más comunes que comenten los aficionados a la jardinería doméstica, nada que no se solucione con experiencia y atención.
¡Toma nota!
- Desconocimiento: cuando adquieres una planta estas adquiriendo un ser vivo que necesita unos cuidados básicos específicos. Si no sabes todavía cómo cuidarla y estas empezando a aficionarte por la jardinería, lo primero que tienes que hacer es: aprende a reconocer la planta. Saber como se llama cada planta que tienes es lo principal. Es importante que soluciones cualquier ápice de duda y para ello siempre debes preguntar a los profesionales. Ante cualquier duda, siempre, debes preguntar.
- Mala ubicación: entendemos por mala ubicación, cuando una planta la colocamos en un lugar inadecuado para su correcto desarrollo y crecimiento. Principalmente nos solemos referir a la ubicación para determinar si es mala o buena la intensidad de la luz a la que está sujeta la planta. La ubicación es un factor muy determinante y complejo que va más allá de determinar si la luz del sol es directa o indirecta.
- Veamos algunos ejemplos de mala ubicación:
- Ubicar plantas sensibles al calor a pleno sol, en macetas de plástico y en contacto directo al suelo de la terraza o balcón en pleno verano, causando quemaduras y muerte por golpe de calor.
- Ubicar plantas sensibles al frío fuera de casa, en macetas de plástico y en contacto directo al suelo en pleno invierno, causando también quemaduras y muerte.
- Ubicar plantas de interior, cerca de sistemas de calefacción, causándole deshidratación hasta la muerte, además hay que señalar que pueden arder y son un peligro. Las plantas deben estar siempre lejos tanto de fuentes de calefacción y de combustión.
- Riego inadecuado: entendemos por riego inadecuado cuando una planta empieza a tener problemas de salud bien sea por falta de agua o por exceso. Es necesario que conozcamos las necesidades de riego de cada planta, para evitarnos posibles daños que puedan enfermar nuestro vegetal y seamos eficientes con el consumo de agua.
- Veamos algunos ejemplos de riego inadecuado:
- Riego escaso: la mayoría de las plantas requieren de una humedad uniforme. Sin embargo, es necesario que entre riego y riego se seque la tierra antes de volver a regar para evitar el desarrollo de enfermedades y para promover el correcto crecimiento de las raíces. Para plantas de interior una o dos sesiones de riego por semana suelen ser suficientes. Es mejor pautar el agua con menos frecuencia, pero con más cantidad de agua en vez de un poco de agua y muy a menudo.
- Riego en exceso: habitualmente la tierra de la superficie del sustrato se seca, pero esto solo no nos ayuda a evitar un riego excesivo. El problema puede ser a causa de una mala oxigenación del vegetal. Es posible que literalmente se esté ahogando, lo que conocemos por asfixia radicular. Y un exceso de agua no es el problema pero si la causa. El problema de esta mala oxigenación puede ser desde falta de tierra, que podríamos solucionar con un trasplante de maceta… O también podría ser a causa de falta de luz que permita a nuestro vegetal realizar la fotosíntesis en condiciones… Lo que nos lleva al último punto.
- Errores encadenados: la mayoría de las veces los errores en el cuidado de nuestros vegetales son producto de una cadena de errores. Si has leído hasta aquí, te remito a volver a leer con atención el error punto número 1. “Desconocimiento”. En esencia, todos los errores son acumulables por desconocimiento. Explicar los errores más habituales es fácil. Lo difícil es explicar porque esto sucede para que sea una información útil.
Por lo tanto, hay que preguntar-se individualmente por cada especie y analizar sus necesidades básicas y siempre, preguntarse individualmente por: el tipo de luz que va a necesitar, el tipo de ubicación, el tipo de maceta, el tipo de sustrato, la frecuencia de riego… Y siempre, ante cualquier duda, preguntar a los profesionales.